sábado, 1 de junio de 2013

REFLEXIÓN BLOQUE I. Libros infantiles de autor. Análisis y selección.


¿Qué es la literatura? Es lo primero que nos tenemos que preguntar: La literatura es el arte de la palabra.

 Y es que, no todos los libros contienen literatura. Para poder considerar que un texto es literario tiene que cumplir cuatro requisitos:




1. Tiene que tener una función poética o estética, es decir, no únicamente el contenido es importante, si no que la forma que el autor le dé a ese contenido, también lo es.




2. Tiene que pertenecer a uno de los tres grandes géneros literarios: Narrativa, Verso o Teatro.




3. Tiene que ser ficción, o en el caso de que sea una historia basada en hechos reales, hay que ficcionar parte de ella.




4. Por último, tiene que tener intencionalidad artística, el autor escribe el texto con la intención de crear arte y de provocar en el lector una serie de emociones.




Hay algunos textos que pueden dar lugar a equivocación, ya que cumplen CASI todos los criterios anteriores pero fallan en alguno, cuando esto ocurre hablamos de PARALITERATURA. (Al lado de la literatura). Un texto paraliterario, puede o no cumplir los tres primeros criterios, pero el último, la intención, nunca será artística. Y es que los textos paraliterarios  se clasifican según su intención. Pueden ser:




Didácticos: cuando su intención es enseñar algo.
Moralizantes: cuando su intención es transmitir valores.




En cuanto a la literatura, vamos a ver un poco su recorrido histórico y a sorprendernos con el momento de la aparición de la literatura infantil propiamente dicha. Distinguimos entre dos tipos de literatura, LA LITERATURA FOLCLÓRICA, conjunto de historias populares que empezaron a transmitirse de boca en boca desde la Edad Media hasta los siglos XVIII y XIX ,que fue cuando empezaron a recogerlos por escrito para evitar que se perdieran. LITERATURA CULTA, surgida también en la Edad Media, distinguimos dentro de ella dos tipos de textos escritos “para” los niños: Exemplarios (historias breves, estilo fábula pero con personas, que servían de ejemplo al niño para que aprendiera algo) y Castigos (Igual que los Exemplarios pero con un mal final, un castigo)

¿Creéis que este tipo de textos les gustaban a los niños? Pues efectivamente no, porque no  estaban escritos pensando en ellos, sino que los escribían pensando en cómo los adultos querían que se comportaran o fuesen los niños, por lo tanto, no les gustaban.

A finales del XIX, una editorial muy conocida: Calleja, se lanza a publicar textos infantiles, en un principio los costes eran muy altos, para abaratarlos empezaron a crear unos libritos muy pequeños que publicaban una vez a la semana. Pero estos textos no los podemos considerar literarios, ya que no cumplen todos los requisitos. Eran textos paraliterarios de caractacter moralizante y didáctico. A pesar de ello, este fue un gran paso para acercar la literatura a los niños.
Y es que los niños tuvieron que esperar hasta los años 80 (¡Del siglo XX!) para poder disfrutar de una literatura pensada para ellos, no para que aprendieran sino para que disfrutaran.

En los años 90 surgió un nuevo tipo de libro infantil: ALBUN DE IMÁGENES, estos libros recogen dos artes: la literatura y la ilustración. Trajeron consigo un elemento importante para nosotros: los libros de pre-lectores, a partir de entonces, los niños que aún no tenían bien desarrollada la habilidad lectora podían disfrutar de los cuentos gracias a las ilustraciones, y además, sin la necesidad de tener que aprender. Las editoriales Kókinos y Kalandraka fueron las primeras en considerar la literatura infantil cómo algo para disfrutar y no solamente aprender. Con la novedad de los álbumes de imágenes o álbumes ilustrados se produjo un boom de ilustradores, algunos de ellos muy conocidos, como Ramón Sánchez o Sebastián Lancome.

Vemos por lo tanto cómo ha evolucionado a lo largo de la historia la literatura infantil, que comenzó como paraliteratura, con el fin de moralizar o educar y se ha llegado a convertir en auténtica literatura, cuyo objetivo principal es que los niños disfruten de los libros.

A continuación vamos a desarrollar brevemente los tres grandes géneros literarios: La narrativa, la poesía y el drama o teatro:
1. La narrativa o prosa
Tanto a los niños como a los adultos nos gusta, y ha gustado siempre, escuchar o leer historias, con ellas damos rienda suelta a nuestra imaginación y nos evadimos del mundo por un rato. Si además, te sientes identificado o te gustaría ser uno de los personajes del cuento disfrutas más, cómo hemos visto antes, hasta los años 80 los cuentos que se les leían o contaban a los niños tenían un carácter didáctico o moralizante, los personajes no eran reales, eran estereotipados por lo que los niños no se sentían identificados ni querían ser como ellos, lo que daba lugar a que no disfrutaran mucho de la historia. La narrativa es el género más extendido de los tres grandes.
Los buenos autores de literatura infantil, tienen que cumplir dos requisitos:
Conocer bien a los niños: sus momentos evolutivos, sus gustos, sus intereses, el desarrollo de su lenguaje…
Tener un gran conocimiento de la creación literaria y un buen dominio del arte de la palabra: en resumen, saber escribir bien.
2. La poesía
Existe mucha poesía infantil, a los niños les gusta mucho aprender y recitar poesías. En este punto, me gustaría citar a una autora muy valorada y querida por “aquellos” niños: Gloria Fuertes. Esta autora investigó y creó un estilo de poesía muy suyo y que a los niños les encanta, se caracteriza por tres elementos básicos: son textos cortos, con rima fácil y muy sonora y su contenido es absurdo. Esta idea, la extrajo de los denominados “Nursery rhymes”, textos cortos y rimados típicos de Inglaterra.
3. Teatro o drama
Cuando hablamos de teatro dentro de un contexto literario es importante saber que nos estamos refiriendo a libros que están escritos mediante diálogos. Existen muchas representaciones teatrales (obras de teatro) para infantil, pero el género teatral infantil escrito y publicado, no existe. Los niños de infantil no saben leer bien, se lo tendría que leer un adulto y un texto basado en diálogos es complicado, acabaría convirtiéndolo en prosa.
Por último, voy a pasar a la parte más práctica del bloque. En ella hemos aprendido, por una parte, a escoger bien los libros de literatura infantil, para ello tendremos en cuenta el momento evolutivo en el que se encuentran los niños, atendiendo el ámbito cognitivo, emocional y lingüístico. Y por otra, hemos aprendido a analizar los libros infantiles.
Los aspectos a tener en cuenta a la hora de analizar un libro infantil son:
1. La ficha bibliográfica:
Título.
Autor e ilustrador.
Editorial
Edad recomendada.
Primera edición.
2. Formato:
Aspecto externo: portada, manejabilidad, resistencia y seguridad.
Ilustraciones: artísticas o estereotipadas, ¿Permiten seguir la historia sin necesidad de leer?
Letra: tamaño, fuente, interlineado.
3. Contenido
Tema: Cuál es el tema principal del que trata el libro y si es adecuado para la edad recomendada.
Estructura: puede ser lineal, circular o con nudo acumulativo.
Personajes: si son cercanos y reconocibles por los niños, si se pueden sentir identificados con ellos…
Lenguaje: si el vocabulario utilizado y las estructuras gramaticales son adecuadas para la edad recomendada.
Valores y contravalores: elementos que te hacen ser muy feliz (valores) y elementos que te pueden hacer sentir mal o triste (contravalores)
Para concluir mi reflexión me gustaría decir que me parece muy importante que una maestra o maestro de educación infantil sepa elegir de manera adecuada los cuentos que les va a ofrecer a sus alumnos, por lo que me ha parecido muy útil, interesante (¡e incluso divertido!) el aprender a analizar libros de literatura infantil.
No tengo experiencia previa y mi memoria deja mucho que desear, pero lo que sí  tengo claro es que de cara al futuro tendré en cuenta todos estos criterios a la hora de escoger los libros para “mis niños”.

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