“Por cuatro esquinitas de nada” es el libro que he escogido para hacer la actividad del bloque III. Este libro, está recomendado para niños de entre 4 y 6 años. Tengo que decir que yo no conocía este cuento, y lo elegí porque me lo recomendaron, la verdad es que no se equivocaron porque el cuento me parece simplemente genial.
Entre las tres formas propuestas
para transmitir un cuento a los niños: leer (reproducir literalmente de forma
oral lo que está escrito en un texto), narrar (teniendo el libro delante,
contarlo con tus palabras mientras enseñas a los niños las ilustraciones) o
contar (contar el cuento sin mostrar las ilustraciones para fomentar en los
niños la capacidad de imaginar); decidí que para empezar me sentiría más segura
leyéndolo, además por diversas circunstancias, no tuve mucho tiempo para
ensayar.
Ya en clase, cuando llegó mi
turno, comencé a leer. Al finalizar, mis compañeras me dijeron que había estado
bien, pero que quizá añadir alguna pregunta antes de empezar a leer fomentaría
que los niños intentasen anticipar la historia. Sinceramente no me sentí cómoda
del todo leyendo el cuento, ya que tenía como la necesidad de interactuar más
“con los niños”. Así que decidí cambiar de estrategia, de la lectura a la
narración.
Luego…comencé a narrar. La
experiencia me pareció mucho mejor que la anterior, aun que ambas son válidas e
igual de importantes, creo que la narración se me da mejor. En cada página
intenté interactuar “con los niños”, haciéndoles preguntas, algunas para que
intentaran anticipar la historia: ¿Qué creéis vosotros que van a hacer los
redonditos? Y otras para que dieran su opinión sobre los acontecimientos: ¿A
vosotros os parece bien que quieran cortar a cuadradito las esquinitas con un
serrucho?, ¿Vosotros qué haríais?
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No he tenido oportunidad de
practicar con niños, ya que no he hecho prácticas ni tengo niños cerca, pero en
un futuro, espero no muy lejano, cuando trabaje en un aula de infantil, a la
hora de narrar un cuento, tendré en cuenta lo que he aprendido:
- Antes de narrar: hacer preguntas a los niños para motivarles e introducirles en la actividad.
- Durante la narración: interactuar con ellos, haciéndoles preguntas para anticipar y para pedirles su opinión. Cuidar el ritmo de la narración teniendo en cuenta la edad de los niños. Utilizar una entonación adecuada que les ayude a seguir la historia, les mantenga atentos y les haga disfrutar.
- Al final de la narración: fomentar el diálogo entre los niños haciéndoles preguntas sobre el cuento. ¿Qué os ha parecido?, ¿Qué habríais hecho vosotros?...
En conclusión, esta actividad me
ha parecido bastante útil ya que para aprender no hay mejor manera que el
hacer, y si no la hubiera hecho no me habría dado cuenta de que se me da mejor
narrar que leer, que es importante el ritmo y la entonación, y que interacción
con los niños fomentará que se sientan partícipes en la historia.
Perfecto.
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