Vamos a empezar este artículo desmenuzando el nombre de la
asignatura: Desarrollo de habilidades lingüísticas y lectoescritura.
- Podemos definir desarrollo como un proceso de evolución.
- Una habilidad supone una aptitud por parte del individuo para ejecutar una tarea, actividad o acción específica.
- Habilidades lingüísticas son aquellas que nos permiten comunicarnos: Escuchar, hablar, leer y escribir.
- Y la lectoescritura hace referencia a la unificación de las dos habilidades lingüísticas básicas relacionadas con el código gráfico de la lengua: la lectura y la escritura.
Por lo tanto podemos decir que, por un lado, esta asignatura
trata del proceso de evolución que sigue el niño en cuanto a la adquisición de
las habilidades que le permitirán comunicarse con los demás, y por otro, cómo
se deben trabajar en la escuela dichas habilidades: el habla, la escucha, la
lectura y la escritura.
Empecemos por el principio: El desarrollo del lenguaje oral.
En este primer punto hemos podido conocer de manera muy detallada el proceso
que siguen los niños a la hora de adquirir el lenguaje oral. Nos hemos detenido
en cada etapa de desarrollo de las habilidades fonético-fonológicas, léxicas,
morfosintácticas y pragmáticas. Bajo mi punto de vista, conocer la evolución de
la adquisición de estas habilidades y saber identificar en qué momento se
encuentra cada niño es de suma importancia: como alumna he tenido que
aprenderlo para diseñar actividades adecuadas, como maestra tendré que
conocerlo, para adaptarme al ritmo de los niños, diseñar actividades adecuadas
y ponerlas en práctica. En este bloque, y atendiendo a lo anteriormente
mencionado tuve que diseñar un programa de estimulación lingüística para niños de 5-6 años.
Después de haber profundizado en la adquisición del lenguaje
oral, vamos un pasito más allá: el lenguaje escrito. Y aquí me planteo dos
cuestiones: ¿Cómo aprenden los niños a leer? Y ¿Cómo se enseña a los niños a
leer? En cuanto a la primera pregunta podemos decir que los niños aprenden a
leer de forma tan natural como aprenden a hablar, aunque es cierto que su medio
natural cuenta con menos fuentes de estimulación para aprender a leer que a
hablar. Pero, ¿Para eso está la escuela no? Para ofrecer a los niños en su
etapa más temprana oportunidades para aprender a reconocer y utilizar el
lenguaje escrito de la forma más natural posible. Relacionado con esto está la
segunda cuestión…y es que la mayoría de las escuelas o colegios de nuestro país
no respetan ese proceso natural y se apoyan en otros métodos de enseñanza.
¿Qué métodos existen? Los sintéticos…los analíticos... No
vamos a detenernos más porque ya hice
referencia a ellos en entradas anteriores. A lo que sí vamos a hacer referencia
es a la importancia que tiene saber analizar un método de enseñanza de
lectoescritura.
He tenido la suerte de realizar esta asignatura al mismo tiempo
que las prácticas de 4º (mis primeras prácticas en infantil), por lo que he
podido seguir durante tres meses el proceso de aprendizaje de lectoescritura de
niños de 5-6 años. El método que utilizaban es Letrilandia, y por lo tanto fue
el que mi compañera Isabel y yo decidimos analizar. ¡Qué sorpresa la mía cuando
descubrí que ese método no es tan “bueno” como dicen! Y es que si no hubiese
sido por esta asignatura, yo me habría ido pensando que Letrilandia es un buen
método, porque a los niños parecía motivarles y la profesora estaba tan
contenta.
Cada aula es un mundo y lo que vale para unos no vale para
otros, por lo tanto el mejor método es el llamado Método Mixto de Base Analítica, para el cual es necesario que el
maestro/a se trabaje el material.
Y eso fue exactamente lo que hicimos nosotros: crear nuestro
propio material de enseñanza de lectoescritura. Para ello tuvimos en cuenta la
existencia de dos rutas: la ruta FONOLÓGICA y la ruta IDEOVISUAL o GLOBAL. En
la primera el cerebro descodifica el código lingüístico (desmenuza la palabra
en letras) y en la segunda se capta el significado global de la palabra.
Dependiendo de la edad de los niños debemos utilizar una más que otra: con los
más pequeños daremos más importancia a la ruta global ya que no han alcanzado
aún un nivel de pensamiento simbólico suficiente como para comprender que una
palabra está formada por letras y a medida que van creciendo, iremos
introduciendo poco a poco la ruta fonológica.
Y de repente descubrí algo que me dejó impresionada…EL
CONSTRUCTIVISMO, una metodología donde es el niño el que construye su propio
aprendizaje y donde el maestro tiene la tarea de crear un clima y ofrecer
continuamente oportunidades para favorecer ese aprendizaje. La explicación en
clase creo que no dejó indiferente a nadie, pero yo aluciné cuando vimos las
fotos de los trabajos hechos por los niños, la evolución en su escritura…Increíble.
Y manos a la obra (¡O en la masa!) nos pusimos Isa y yo a
diseñar un proyecto siguiendo la metodología constructivista. Hay que decir que
trabajo tiene…requiere mucho esfuerzo, tiempo e imaginación para el maestro
seguir esta metodología. Aunque es posible que solo sea cuestión de
acostumbrarse, porque lo que a nosotras más nos costaba era adaptarnos al nivel
a la hora de diseñar las actividades (¿Serán muy fáciles?, ¿Serán muy
complicadas?).
Es sin duda esta metodología la que más me ha gustado, respeta
los ritmos del niño y le acerca al mundo de la lectura y la escritura de forma
natural despertando su interés por aprender a leer y a escribir.
Por último, decir que en nuestro camino como maestros nos
encontraremos con niños que presenten dificultades en el habla o en el
lenguaje, y que tenemos que estar muy atentos para poder detectarlas lo antes
posible, ya que una atención precoz es vital para atajar dichas dificultades.
Somos nosotros los que, junto con los padres, vamos a pasar mayor parte del
tiempo con los niños, los que vamos a ver de cerca la evolución de su
aprendizaje y como profesionales tenemos el deber de prestar atención a
cualquier signo de alarma que pueda darse, acudir a los expertos e informar a
la familia.
Para finalizar el artículo me gustaría añadir que ha sido un
gustazo trabajar con mi compi Isabel, hemos encajado a la perfección y hemos
trabajado muy bien juntas. En cuanto a la asignatura en general tengo que decir
que me ha encantado, que he aprendido muchísimas cosas que estoy segura tendré
presente en mi futuro profesional.